Como miembro activo de la comunidad educativa he tenido la oportunidad, en diversas ocasiones, de asistir a cursos formativos en los que las TIC han sido tratadas sólo como un riesgo, e incluso sólo, como una adicción. Recuerdo ahora un ponente, profesor de la ESO, que afirmaba ante un nutrido grupo de padres que hasta los 14 años no hacía falta que los niños utilizaran el ordenador ni internet para hacer los trabajos del colegio.
Existen demasiados programas "educativos" dirigidos a las AMPAS en los que se habla de los peligros de las redes sociales o del poder adictivo de la televisión o del ordenador de forma aislada y descontextualizada. Este abordaje noticioso del vasto asunto de las TIC no aporta sino una visión parcial de lo que realmente ocurre en la relación entre los niños y los jóvenes y las tecnologías de la información y la comunicación.
Pero las TIC tienen inmumerables ventajas como herramientas de aprendizaje y de ocio (lo que casi todas las veces va unido). Y no me estoy refiriendo sólo a internet o las aulas digitales en sus usos específicamente educativos, sino también a la televisión, los videojuegos, los teléfonos móviles o las demasiadas veces denostadas redes sociales.
Cierto es que en muchas ocasiones los niños hacen un mal uso de las TIC, sin control o sin conocimiento, o sirven para sustituir a los padres en casa y a los profesores en la escuela.
Ventajas de las TIC
Son bien conocidas las ventajas de las TIC cuando forman parte de un programa educativo. Hablamos entonces de la flexibilidad del E-Learning, que permite acomodarse a las necesidades del alumno; de la portabilidad de internet, que facilita que el acceso se pueda producir en cualquier lugar y en cualquier momento; de las mayores posibilidades de colaboración con otros alumnos o de la actualización constante del contenido...
Pero hay muchos recursos TIC no habitualmente relacionados con el aprendizaje que, aún sin quererlo, enseñan, también en casa. Entre ellos algunos videojuegos y determinados programas de televisión que, entre otras virtudes, permiten que los contenidos queden integrados gracias a un formato multimedia bien construido que enriquece a quien los utiliza al activar diferentes capacidades al mismo tiempo (la lecto-escrita y la espacial, por ejemplo).
En clase, será el diseño de los contenidos TIC, y el conocimiento de las posibilidades para la educación de cada uno de los lenguajes utilizados, lo que facilitará que los alumnos motivados y autosuficientes lleguen a convertirse en los protagonistas del proceso de construcción de su propio conocimiento. Es decir, que aprendan haciendo o aprendan a aprender.
Como estoy convencido de que en el ámbito no escolar los niños también aprenden, aún sin pretenderlo, seremos los padres los que tendremos que conocer los inconvenientes, pero también las múltiples ventajas (si se usan bien) que proporcionan las nuevas tecnologías para programar dietas tecnológicas adecuadas para nuestros hijos.
Y aquí la responsabilidad es nuestra.